martes, 3 de marzo de 2009

rayuelas


Hace unos días (12 de febrero)se cumplieron 25 años de la muerte de Julio Cortázar. Es uno de nuestros escritores favoritos, y de lo mejor del siglo XX sin lugar a dudas. Maestro en el arte del relato corto, sus cuentos se hacen una lectura imprescindible para todo amante de los buenos ratos en silencio descubriendo el mundo... Casa tomada; La autopista hacia el sur; Carta a una señorita de Paris... Son ejemplos de grandes títulos de su obra. Pero también fue un gran novelista, su novela más conocida es "Rayuela", que además es la novela favorita de al menos uno de nosotros, los de entonces, :). Como homenaje, y con intertextualidad cómplice de un blog amigo (aguja de marear), dejamos un fragmento del capítulo 7 de dicha novela, no hacen falta más palabras:

Capítulo 7
Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua.


Julio Cortázar

1 comentario:

Amparo dijo...

Leí Rayuela cuando tocaba: con diecisiete años y creciendo en todas direcciones. Confirmé algo que ya sabía: que los libros encierran tesoros escondidos. Y descubrí las rosas amarillas.