domingo, 23 de diciembre de 2007

casa de nieve


(días donde es fácil imaginar la nieve en lugares que jamás la vislumbraron, dejamos este poema invernal como forma de desearos felices días y tiempo que llega y que creamos...)



Va muy despacio por las mismas calles,
sólo siente un rumor
de pasos que se adentran.
La luz provisional de los días festivos
le ofrece una calma distinta,
cuando la nieve se deshace
y la ciudad se hunde silenciosa
en un cuadro de ventanas sin fondo.
Es él quien la imagina de regreso
entre bares cerrados,
porque existe un paisaje
para el que recuerda (le llega su voz
resentida de las últimas noches,
no conozco tu ciudad,
conversaciones en líneas cruzadas,
cuídate mucho),
para el que nunca quiso despedirse.

Quizá el invierno cabe en la mirada
inmóvil de un retrato: la mínima expresión
del tiempo y su emboscada,
difícil de esquivar.
Por un instante
sigue, como un fantasma,
la huella de los pasos en la nieve.


Antonio Jiménez Millán, "Casa invadida", Ed. Hiperión

La imagen es de Peter Bruegel: "Los cazadores en la nieve"

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