domingo, 25 de mayo de 2008

la palabra despedida


Despedida es una palabra acostumbrada a habitar novelas, aeropuertos, oficinas de correos, andenes de estación, bancos de madera o cafeterías de ciudad... Literariamente es difícil usarla sin caer en tópicos "siempre nos quedará París", "adiós con el corazón, que con el alma no puedo..." Se ha dicho tanto que resulta difícil decir adiós sin caer en la teatrilidad... Por eso, en los albores del final de curso os dejamos este poema de Luis García Montero y este "Sol de la mañana" de Hopper que, pensamos, delimitan muy bien el rostro de la despedida sin caer en el tópico:


LIFE VEST UNDER YOUR SEAT

Señores pasajeros buenas tardes
y Nueva York al fondo todavía,
delicadas las torres de Manhattan
con la luz sumergida de una muchacha triste,
buenas tardes señores pasajeros,
mantendremos en vuelo doce mil pies de altura,
altos como su cuerpo en el pasillo
de la Universidad, una pregunta,
podría repetirme el título del libro,
cumpliendo normas internacionales,
las cuatro ventanillas de emergencia,
pero habrá que cenar, tal vez alguna copa,
casi vivir sin vínculo y sin límites,
modos de ver la noche y estar en los cristales
del alba, regresando,
y muchas otras noches regresando
bajo edificios de temblor acuático,
a una velocidad de novecientos
kilómetros, te dije
que nunca resistí las despedidas,
al aeropuerto no,
prefiero tu recuerdo por mi casa,
apoyado en el piano del Bar Andalucía,
bajo el cielo violeta
de los amaneceres en Manhattan,
igual que dos desnudos en penumbra
con Nueva York al fondo, todavía
al aeropuerto no,
rogamos hagan uso
del cinturón, no fumen
hasta que despeguemos,
cuiden que estén derechos los respaldos,
me tienes que llamar, de sus asientos.

Luis García Montero