lunes, 30 de noviembre de 2009

José Emilio Pacheco


Se ha fallado hoy el premio Cervantes y ha recaído en uno de esos poetas discretos y cotidianos que encajan bien en aquella definición que diera Ángel González: los poetas son como el hijo del vecino. Y José Emilio, pernitidnos que le llamemos José Emilio, es así, alguien que ha definido sus pretensiones poéticas en base al disfrute personal con el trabajo de la palabra. Y lo ha conseguido, por ello creemos que el premio es merecidísimo. Y para muestra, un poema de su último libro, La edad de las tinieblas (Ed. Visor, 2009) - donde podemos encontrar poemas bellísimos bajo una edición preciosa, un buen regalo de navidad o de cariño -, esperamos que disfrutéis de él:


LA DORSA



A la velocidad con que extinguimos las especies pronto la doras habrá desaparecido bajo el cambio climático. Esta flor sólo se da en el Valle de México. Se distingue por ser invisible. Crece en los pavimentos y en los muros, en los cables eléctricos y en los desagües. Nadie defuera puede reconocerla porque no tiene olor. Únicamente los de aquí sabemos hallar dorsas: su aroma a Nada nos acompaña desde la cuna.

sábado, 14 de noviembre de 2009

novedades

El curso nos arrastra con la fuerza de su rutina y nos hace olvidar, como así ha ocurrido ahora, que de vez en cuando hemos de demorarnos en ciertos remansos, y cuidar de temas que, no por estar alejados de las aulas, son menos importantes; actualizar este blog es una de esas paradas imprescindibles...

Os diremos, por ejemplo, que el pasado día 4 de noviembre tuvo lugar la primera tertulia literaria del curso, que giró en torno a la novela de Lewis Carroll Alicia a través del espejo. Además de los que ya somos habituales, asistieron nuevos profesores y alumnos de bachiller que se estrenaban en esta experiencia, y también tuvimos el placer de contar con antiguos alumnos y alumnas que aprovecharon su gusto por la lectura para mantener su vínculo con nosotros. Durante la charla reflexionamos sobre el carácter infantil o no de la obra, sobre sus juegos lingüísticos (conocidos como nonsense), la lógica, los aciertos y desaciertos literarios, etc. Y hubo opiniones para todos los gustos, desde los que decían haber disfrutado con su lectura, hasta los que consideraron que era una obra demasiado "rara" como para gustarles. En lo que todos coincidimos fue en reconocer que la tertulia había sido un momento muy grato e interesante.

Por cierto, ya estamos poniendo en marcha la próxima en la que comentaremos la novela De ratones y hombres de John Steinbeck.

Y como despedida por hoy, os dejamos El Galimatazo, parodia de poema épico que encontramos en Alicia a través del espejo y que es un ejemplo de lo sugerente que puede llegar a ser el lenguaje cuando se juega inteligentemente con él. (La tradución es de Jaime Ojeda)

Galimatazo

Brillaba, brumeando negro, el sol;
agiliscosos giroscaban los limazones
banerrando por las váparas lejanas;
mimosos se fruncían los borogobios
mientras el momio rantas murgiblaba.

¡Cuídate del Galimatazo, hijo mío!
¡Guárdate de los dientes que trituran
y de las zarpas que desgarran!
¡Cuídate del pájaro Jubo-Jubo y
que no te agarre el frumioso Zamarrajo!

Valiente empuñó el gladio vorpal;
a la hueste manzona acometió sin descanso;
luego, reposóse bajo el árbol del Tántamo
y quedóse sesudo contemplando…

Y así, mientras cavilaba firsuto.
¡¡Hete al Galimatazo, fuego en los ojos,
que surge hedoroso del bosque turgal
y se acerca raudo y borguejeando!!

¡Zis, zas y zas! Una y otra vez
zarandeó tijereteando el gladio vorpal!
Bien muerto dejo el monstruo, y con su testa
!volvióse triunfante galompando!

¡¿Y haslo muerto?! !¿Al Galimatazo?!
¡Ven a mis brazos, mancebo sonrisor!
¡Qué fragarante día! !Jujurujúu! !Jay, jay!
Carcajeó, anegado de alegría.

Pero brumeaba ya negro el sol;
agiliscosos giroscaban los limazones
banerrando por las váparas lejanas;
mimosos se fruncían los borogobios
mientras el momio rantas necrofaba…

(la imagen es el "Lago del espejo", Monasterio de Piedra, Aragón)